Psicología
Psicología Analítica
La psicoterapia analítica está basada en los conceptos del psiquiatra suizo Carl G. Jung. Este tipo de terapia no se propone la curación de síntomas como objetivo único y último, sino que apunta al crecimiento o autorrealización del individuo.
Para dicho crecimiento se favorece el diálogo y se busca la generación de imágenes, además se utilizan distintos materiales simbólicos para acompañar y facilitar el proceso: dibujos, pinturas, escritos, cuentos, mitología, mandalas, sueños y creaciones del individuo.
El terapeuta junguiano se presenta como guía en este camino y tiene un rol activo, participa de este crecimiento, acompaña el desarrollo de la individuación, dispone una actitud de escucha, comprensión y lectura de imágenes y materiales tanto concientes como inconcientes.
Psicología Gestáltica
¿Cómo vemos la realidad? ¿Cómo nos vemos dentro de ella? ¿Qué vemos en ella? ¿Cómo vemos a los otros?
Nuestra percepción de la realidad tiene que ver con la forma en que organizamos los elementos que hay dentro de ella. En terapia gestáltica nos ocupamos de ver cómo lo estamos haciendo, qué estamos haciendo y para qué. Es una invitación a hacernos responsables de nosotros mismos descubriéndonos como los principales creadores de nuestra existencia.
La terapia gestáltica en un enfoque holístico que permite que la persona se vaya revelando a si misma en un encuentro existencial. La meta es llegar a ser lo que cada uno es, pudiendo en cada instante estar siempre siendo uno mismo.
Aquí entra en juego el valor de la experiencia, de lo inmediato de nuestra vida que tantas veces se nos escapa por laberintos que nosotros mismos nos inventamos. El encuentro es maravilloso: es dar lugar a las emociones, a las sensaciones, al saber y a la conciencia del propio cuerpo; y es también encontrar coherencia entre lo que sentimos, pensamos, hacemos y decimos.
El estar en el aquí y ahora es una de las cuestiones fundamentales, es la conciencia de estar en el presente haciendo contacto con nuestras necesidades para poder satisfacerlas. De esta manera la experiencia fluye, en un ciclo que da movimiento a nuestra vida y que integra emociones, pensamientos, vivencias y sensaciones aumentando así la conciencia plena de nosotros mismos.